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Como una pequeña diagonal que rompe la cuadrícula perfecta del Ensanche, la Avenida Gaudí se exhibe orgullosa desde la Sagrada Familia hacia el Hospital de Sant Pau. Se trata de una calle semipeatonal que enlaza las magníficas obras de Gaudí y Domènech i Montaner.
El inicio de la construcción del nuevo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en 1909, supuso la apertura de una nueva calle que comunicaría la institución sanitaria con el templo de la Sagrada Familia. Nacía de esta forma la Avenida Gaudí. Limitada en sus extremos por la iglesia de Gaudí y el conjunto modernista de Doménech i Muntaner, se trata de un paseo semipeatonal lleno de vida. Pese a las calles que la atraviesan, esta arteria dispone de todos los elementos que le confieren un carácter de rambla: tráfico limitado de vehículos, cotos a lado y lado, terrazas, y muchas tiendas que hacen las delicias de los amantes de los comercios de barrio.
Es una calle viva en la que destaca además la presencia de unas farolas modernistas que le otorgan un toque de elegancia y estilo peculiares. Las farolas son obra de Pere Falqués y fueron colocadas en la Avenida Gaudí en 1985, después de pasar mucos años encerrados en un almacén. Su ubicación original era el cruce entre el Paseo de Gracia y la Avenida Diagonal. De allí fueron retirados en 1957, ya que su presencia dificultaba el tráfico rodado.