Parques
Hoy en día, en el Parc de la Ciutadella los vestigios de la Exposición se reconocen en edificios como el
Castell dels Tres Dragons, proyectado por
Domènech i Montaner como un restaurante, la cascada y el lago, del propio Fontseré, o los bonitos
Umbráculo e
Invernadero. En el otro lado del parque se halla desde 1892 el
Zoo de Barcelona. En la plaza de armas encontramos la sede del
Parlament de Catalunya, que ocupa el edificio del antiguo arsenal militar de la Ciutadella. Muy cerca se puede ver una copia de la bella escultura de
Josep Llimona, "
El desconsuelo", la más destacada de todas las que hay por el parque.
En Montjuïc se pueden visitar museos como la Fundació Miró, el Museu d"Arqueologia, l"Museu Etnològic i de Cultures del Món y el Museu Nacional d"Art de Catalunya-MNAC. Este último, alojado en el Palau Nacional, (marco central de la Exposición del 29), invita a descubrir mil años de arte catalán. Un ejemplo espléndido de la arquitectura de la Bauhaus lo hallamos en el Pavelló Mies van der Rohe, que acogió la representación alemana durante aquel acontecimiento. La antigua fábrica textil Casaramona, obra modernista de
Puig i Cadafalch, acoge hoy las exposiciones de CaixaForum. La Font Màgica o el Poble Espanyol, en el que se encuentra la ciutat dels artesans, (Ciudad de los artesanos), son otros lugares de interés para no perderse en Barcelona.
Alrededor del núcleo original del Clot, formado por la parroquia de
Sant Martí de Provençals y sus viejas masías agrícolas, el
parque de Sant Martí ofrece seis hectáreas de verdor donde se puede pasear, hacer deporte o encontrarse a amigos y vecinos.
Jean Nouvel, ganador del premio Pritzker de arquitectura en 2008, vuelve a dejarse ver en la nueva Barcelona que crece alrededor de la
Diagonal Mar. El nuevo
Parc Central del Poblenou es una joya arquitectónica naturalista que combina una gran diversidad de ambientes. Un pulmón verde muy necesario en la zona del antiguo Poblenou industrial.
Este parque es sin duda la joya verde del distrito de Horta-Guinardó. Diseñado en 1792 por el ingeniero italiano Domenico Bagutti por iniciativa del propietario de la finca Joan Desvalls, Marqués de Llupià i d’Alfarràs.