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Dentro de la "manzana de la discordia" de Barcelona se encuentra la Casa Amatller este brillante ejercicio de
Puig i Cadafalch, coetáneo de Gaudí, que combinó el estilo neogótico con un remate escalonado insólito, inspirado en las casas de los Países Bajos. El arquitecto contó con los mejores colaboradores de la época modernista en Barcelona, encabezados por los escultores Eusebi Arnau y Alfons Jujol.
El color y la fantasía de la Casa Batlló cautiva a los peatones del paseo de Gràcia. En pleno corazón de esta elegante calle y en continua disputa con las vecinas casas Amatller y Lleó Morera, esta obra manifiesta el esplendor de un arquitecto que trabajó aquí con total libertad creativa, Antoni Gaudí.
La Rambla es una caja de sorpresas inagotable. Una caja que se abre y deja entrever joyas como esta alegoría del orientalismo la Casa Bruno Cuadros, que en su día fue una tienda de paraguas de Barcelona. El estilo que la acompanya, próximo al modernismo con el colorido y la delicadeza de sus decoraciones, convierten este edificio en el protagonista de muchos álbumes fotográficos de los visitantes de Barcelona.
La Casa Calvet (1899) es una de las primeras obras de Gaudí. Algunos la han considerado la obra más conservadora del artista. Aún así encontraremos marcados elementos modernistas, como la fachada acabada en curva o los balcones del desván, auténticas creaciones de cuento. La planta baja es hoy el restaurante
China Crown Barcelona.
Como un homenaje a Gaudí, la casa Comalat muestra muchos elementos de la arquitectura gaudiniana, conviriéndose en uno de los ejemplos más originales del modernismo de Barcelona. Dos fachadas diferentes pero con clara influencia de la curva del maestro de Reus invitan a la contemplación de un edificio curioso y muy bello.