Edificios singulares
La Casa Fuster, representación del modernismo más rico de Barcelona, brilla elegante en la parte de arriba del
Passeig de Gràcia. Considerado uno de los edificios más costosos de la ciudad, es precisamente su mezcla de simplicidad y síntesis decorativa lo que otorga a la casa todo su valor y belleza.
Imponente, en plena avenida Diagonal, se levanta uno de los últimos edificios del
modernismo de Barcelona, herencia de todo aquello que los maestros del estilo habían hecho hasta el momento en Barcelona. Grácil y elegante, su belleza radica en la contención de las formas curvas que caracterizan la fachada.
Un "castillo gótico" en plena avenida Diagonal de Barcelona supone un reclamo para cualquier visitante de la ciudad. La "Casa de les punxes" (Casa de las puntas) es en realidad un edificio de pisos que imita la forma de los castillos medievales y que constituye uno de los perfiles más reconocidos del modernismo barcelonés.
En la calle Mallorca encontraremos la casa Thomas, de un estilo modernista puro muy decorado que casa plenamente con las fachadas de los edificios de esta parte del Eixample de Barcelona, y que sintetiza, pese a las modificaciones posteriores, las características de su autor,
Lluís Domènech i Montaner.
La Casa Vicens (1883-1885) de Barcelona, declarada
Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO en 2005, se levanta en el tranquilo
barrio de Gràcia, como un oasis insólito de aroma oriental y mudéjar, cubierto de espectaculares baldosas verdes y blancas.